Desigualdades en los derechos sexuales y reproductivos de la mujer en Latinoamérica
Date
2021-11-15Author
Barra Cartes, Daniela
Cofré Jana, Rocío
Pérez González, Natalia
Publisher
Universidad Católica de la Santísima ConcepciónDescription
Seminario de Investigación para optar al grado académico de Licenciado en Trabajo SocialMetadata
Show full item recordAbstract
La clase social como factor primordial de acceso desigual a recursos en diferentes ámbitos de la esfera humana, jerarquiza aspectos como la educación, poder adquisitivo, salud, entre otros. Dicho fenómeno se ha producido por la globalización y modelo económico neoliberal, lo que genera diversos tipos de desigualdades en lo social, que “desde las ciencias sociales ha sido históricamente una herramienta crítica para comprender la dinámica de la producción y reproducción de las brechas existentes entre los diferentes grupos sociales” (D’Amico, 2016, p22). En este sentido y en base al estudio "las percepciones de la desigualdad en Chile” se comprende la desigualdad como una procedencia social instaurada desde la cuna socializadora, la cual discrimina entre débiles y poderosos llegando a impactar en ámbitos económicos, sociales y culturales generando la diferenciación de clases social (Garretón y Cumsille, 2002). En efecto, el concepto de “desigualdad social” es valorado de manera negativa por la sociedad ya que afecta la autovaloración del país, como ciudadanos solidarios. Así también se consideran las causas estructurales del modelo económico que hace prevalecer el individualismo y la competencia, pues la historia sociopolítica está marcada por la marginación, exclusión y dominación, generando una estructura desigual de oportunidades desde el nacimiento con difícil superación (Garretón y Cumsille, 2002). Ahora bien, la desigualdad surge de diferentes formas y se manifiesta en aspectos de la esfera humana como, la clase social, la raza, etnia, pero una de las más primitivas y que aún se sigue reproduciendo es la desigualdad de género entre hombres y mujeres por la divergencia de accesos y oportunidades existentes (Arriagada, 2010). En efecto la desigualdad de género se contempla como un patrón histórico naturalizado por prácticas sociales e institucionales que legitiman las diferencias entre lo masculino y lo femenino, siendo las mujeres ubicadas conscientemente en una situación de subordinación respecto de los hombres en una posición social similar (Mora, 2013).