La esencia del amor en el pensamiento filosófico de Dietrich von Hildebrand

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Date
2021-11Author
Chávez Parra, Carina
Publisher
Universidad Católica de la Santísima ConcepciónDescription
Memoria presentada al Instituto de Teología de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, para optar al Grado Académico de Licenciado en FilosofíaMetadata
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Existe una serie de filósofos cuyos consejos componen una guía práctica para resolver los problemas a los que nos enfrentamos cada día. A través de los años, los filósofos han desatendido el análisis sobre el amor y la explicación de este sentimiento, llegando, incluso algunos, a calificarlo como algo simple que no requiere ahondar ni perder tiempo en él. Sin embargo, han existido algunos estudiosos que sí han dedicado parte de sus investigaciones a profundizar sobre un sentimiento tan arraigado en las personas; uno de ellos es Dietrich Von Hildebrand, quien se extrañó que aquel sentimiento tan insigne en las personas, fuera un terreno tan virgen para sus colegas.
A lo largo de la historia, filósofos como Platón hicieron un intento de dar a conocer un estudio sobre el amor. En uno de sus principales escritos “El Banquete” nos presenta una referencia en relación a este sentimiento, exponiendo a Aristófanes, quien describe que en un principio, la raza humana era casi perfecta: “Todos los hombres tenían forma redonda, la espalda y los costados colocados en círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías unidas a un cuello circular y perfectamente semejante, una sola cabeza que unía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas, dos órganos de la generación, y todo lo demás en una misma proporción”(Platón, obras completas edición de Patricio Azcarante, tomo 5,1871).
Estos seres podían ser de tres clases: uno compuesto de hombre y hombre, otra mujer y mujer, y un tercero hombre y mujer llamado andrógino. Cuenta Aristófanes que los cuerpos eran robustos, vigorosos y de corazón animoso, y por esto concibieron la atrevida idea de escalar el cielo y combatir con los dioses. Frente a semejante osadía, Júpiter, que no quería reducir a la nada a la humanidad, encontró la solución para conservar a los hombres, hacerlos más circunspectos y disminuir sus fuerzas: separarlos en dos.